06 abril 2009

La elegancia del erizo

Este es el título del delicioso e imprescindible libro de Muriel Barbery sobre la grandeza de las pequeñas cosas, sobre la eternidad de los instantes, sobre el sentido de la vida y el porqué de la Belleza. Sobre el buen uso de la inteligencia y el sentido de la Filosofía:
"¿Para qué sirve la inteligencia si no es para servir? (...) Debo preocuparme del progreso de la Humanidad, de la resolución de problemas cruciales para la supervivencia, del bienestar o la elevación del género humano, del advenimiento de la Belleza en el mundo o de la cruzada justa por la autenticidad filosófica. No es un sacerdocio, hay donde elegir, los ámbitos son amplios. No se entra en la filosofía como en el seminario, con un credo por espada y una vía única por destino. ¿Se trabaja sobre Platón, Epicuro, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel e incluso Husserl? ¿Sobre la estética, la política, la moral, la epistemología y la metafísica? ¿Se dedica uno a la enseñanza, a la elaboración de una obra, a la investigación, a la Cultura? Tanto da, es indiferente. Ya que en una disciplina como ésta, sólo importa la intención: elevar el pensamiento, contribuir al bien común o bien unirse a una escolástica que no tiene más objeto que su propia perpetuación ni más función que la auto-reproducción de élites estériles -lo que convierte a la Universidad en una secta."
Y tú, ¿qué eliges ser o hacer?

1 comentario:

  1. Gracias, gracias y mil gracias por abrir este espacio de reflexión. Es maravilloso encontrar un lugar donde volver a encontrarse. Gracias y felicidades por la iniciativa.

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