29 septiembre 2013

Sobre Hipatia. Notas para mi hijo Carlos


(Texto, a excepción de la Intro, de la Conferencia titulada De astrolabios y Filosofía: Hypatia de Alenjadría, impartida el 6 de Octubre de 2009 en el curso Mujeres y astronomía, organizado por el IUEM en la ULL)

El alumnado de primero de bachillerato configura la última promoción que cursará la asignatura de Filosofía y Ciudadanía, si el gobierno sigue adelante con la propuesta de eliminación de esta materia. Así se lo han comunicado a l@s chic@s. Además,  puesto que es el último curso,  la profesora de este grupo no considera muy necesario incidir en el apartado “mujeres filósofas”, una redundante etiqueta que se incluye en los libros de texto y que, fuera de las clasificaciones de la historia de la filosofía, dedica un apartado de menos de una página a citar unos pocos nombres de filosófas. De Hipatia, unas líneas para destacar que era la hija de Teón de Alejandría y que murió de una forma violenta. Recupero pues, para mi hijo y sus compañer@s de clase, mis notas de una conferencia impartida hace unos años en el curso Mujeres y Astronomía.

Sobre las fuentes y la  diversidad de imágenes sobre Hipatia.
Hipatia aparece por primera vez en la literatura europea en el siglo XVIII.  Como señala Maria Dzielska en su estudio sobre Hipatia, John Toland publica en 1720: “Hipatia o la historia de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo a quien se conoce, de manera universal aunque inmerecida, como san Cirilo”. El ensayo causa un gran revuelo en los círculos eclesiásticos y Thomas Lewis publica como respuesta: “La historia de Hipatia, una desvergonzadísima maestra de Alejandría. En defensa de san Cirilo y del clero de Alejandría contra las acusaciones del Sr. Toland”. La batalla estaba servida.

Ya Voltaire y los ilustrados creyeron que Hipatia había sido asesinada porque creía en los dioses helenos, las leyes de la naturaleza racional y la capacidad de la mente humana liberada de dogmas impuestos.  Así, los pensadores ilustrados mostraron la muerte de Hypatia como un conflicto entre paganismo y cristianismo. Paganismo identificado con la cultura griega que se extinguía ante el avance de un nuevo mundo ligado al cristianismo emergente. La muerte (el despedazamiento) de Hypatia sería el símbolo también del desmembramiento y desaparición de la cultura clásica en el momento que da paso a una oscura Edad Media. El mundo antiguo, la cultura clásica, se había caracterizado por el culto a la razón, a la luz de las demostraciones geométricas, la claridad de las ideas y la argumentación formal y el gusto por la belleza y el canon armónico. Frente a ello, se produce el avance de un mundo presidido por el oscurantismo, el temor, la religión y los dogmatismos asociado todo ello también a unos elevados niveles de violencia generalizada. Esta etapa fue superada por los europeos precisamente por una apuesta de la razón frente a la religión, y esa razón era representada por Hipatia y la religión por sus asesinos. Así, Voltaire, por ejemplo tomó el asesinato de Hypatia como expresión del irracionalismo que ellos mismos (los ilustrados) querían combatir gracias a la Filosofía y la nueva ciencia. Examina la cuestión en la obra titulada Examen importante de Milord Bolingbroke o la tumba del fanatismo. Y en su Diccionario Filosófico, Voltaire insiste en su tesis de la muerte de la razón debida al fanatismo religioso y añade una ocurrencia: “cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas”.


El  historiador inglés E. Gibbon, influido por las ideas de la ilustración, el neohelenismo y el estilo literario y filosófico de Voltaire, elabora la leyenda de Hipatia. El “crimen de Alejandría” encaja con su tesis de que la consolidación del cristianismo es la causa de la caída de la antigua civilización. A mediados del S. XIX la leyenda literaria de Hipatia llega a su punto más álgido de la mano de poetas de corte romántico para quienes Hipatia sigue viva en la imaginación occidental como la encarnación de la belleza corporal y de la inmortalidad del espíritu, de la misma manera que los ideales paganos de Grecia han moldeado la espiritualidad de Europa y se asocian ideas de éxtasis romántico acerca del “paraíso de los griegos”. Mientras los poetas y literatos exaltan la figura de la filósofa, Charles Kingsley, clérigo (anglicano) novelista e historiador inglés, en 1893 elabora su leyenda en “Hipatia o los nuevos enemigos con rostro antiguo”, una novela romántica, de mediados de la época victoriana y fuertemente anticatólica. En la obra, Hipatia (hermosa, sabia y virtuosa)  muestra un odio feroz al cristianismo y aunque al final se convierte y es bautizada como cristiana, la asesinan los monjes dando rienda suelta al fanatismo, a la ignorancia y a ocultos deseos carnales. Kingsley subraya el aspecto erótico del crimen. El libro se traduce a muchos idiomas; también a español con el título Hipatia o los últimos esfuerzos del paganismo en Alejandría con el objetivo de suavizar la crítica anticatólica, e incluso se hacen tesis sobre él, su retrato de Hipatia funciona como un símbolo de civilización que desaparece. Con la muerte de la última idealista del helenismo desaparecen los valores griegos.

A finales del XIX y ya en el XX, seguimos encontrando obras literarias o de historiadores que siguen enfatizando la idea de Hipatia como figura heroica en el conflicto de dos poderes de la historia europea: el espríritu libre que busca la verdad en el mundo material frente a la religión supersticiosa (representada por la Iglesia) que esclaviza la razón. En 1925 Dora Russell escribe una obra titulada Hipatia que versa sobre la necesidad de trasmitir el espíritu de la filósofa a las nuevas generaciones para que las mujeres tengan la misma libertad de acción que los hombres. Y en los años 80 se fundan dos revistas de pensamiento feminista que llevan su nombre, en Atenas y en EEUU.

 ¿Quién fue Hipatia?
Sabemos la fecha de su muerte pero se mantienen incertidumbres en torno a la fecha de nacimiento: Se barajan tres fechas: 355, en torno al 370-75 y hacia el 390.  Como argumenta Dzielska, si hubiese nacido en el 390 habría muerto con menos de 25 años lo cual no parece ajustarse a la biografía intelectual de una mujer que había dedicado muchos años a la ciencia y a enseñar filosofía siendo venerada como una maestra de gran sabiduría (aunque esta fue la imagen difundida por Kingsley en su obra). Los argumentos a favor de la fecha del 375 darían la razón a la afirmación de Dasmacio, una de las fuentes sobre la vida de Hipatia, de que esta era una bella mujer cuando muere, lo cual no se hubiese aplicado a una mujer mayor de 40 años. Pero su discípulo, del que se conservan sus cartas y que es una de las fuentes principales de interpretación historiográfica sobre la vida y obra de la filósofa habría estudiado con Hipatia en la década del 390, lo cual hubiese significado que maestra y discípulo contaban la misma edad (unos 20 años), lo cual no encaja del todo con el tono de respeto y reverencia que utiliza Sinesio al referirse a su maestra. La más plausible, por tanto, es la de en torno al 355, al haberse encontrado también referencias en un autor bizantino del siglo VI a Hipatia como una palará, una mujer mayor, en el momento de su muerte.

Hipatia fue matemática, astrónoma y filósofa neoplatónica. De acuerdo con la información contenida en la enciclopedia bizantina del S. X  Suda, su padre Teón fue el último director del Museo de Alejandría. Astrónomo y matemático, consagrado al estudio de Euclides y Tolomeo, predice más de 300 eclipses de sol y de luna, un erudito extraordinariamente culto que se interesa también por la filosofía, la literatura religiosa pagana y por las antiguas prácticas de adivinación e incluso la alquimia, ciencia alejandrina. Algunos de los trabajos científicos de Teón se han conservado como su adaptación de los Elementos de Euclides, pensada para la docencia, los Datos y la Optica. También fue comentarista de las obras de Ptolomeo. Teón no trabaja sólo, tiene colaboradores y, entre ellos, su hija es la más destacada e incluso algunas fuentes la definen como superior en sabiduría a él, sobre todo en Astronomía y Filosofía. No era extraño en las clases altas del Imperio Romano que las mujeres recibieran educación, en el caso de Hipatia es obvio que la privilegiada situación de su padre, así como su orientación platónica (que recomendaba la educación de las mujeres) determinó que obtuviera la mejor educación filosófica. La formación matemática y astrónómica era una parte de la formación filosófica.

La búsqueda del conocimiento y su faceta como maestra.
Teón e Hipatia se dedicaron al estudio y la investigación y fueron magníficos comentaristas y editores. Editaron, preservaron y enseñaron el trabajo de los grandes astrónomos y matemáticos.


Pertenecientes a la escuela platónica tardía o gnóstica consideró que las cuestiones filosóficas importantes: ¿Quiénes somos?, ¿cuál es nuestro lugar en el orden de las cosas?, ¿cuál es la naturaleza de Dios?,  ¿y la del bien y el mal? necesitan respuestas que sólo pueden gestarse tras el estudio profundo de nuestro mundo. Para Hipatia y el resto de estudiosos de su tiempo, la Metafísica y la Cosmología llevaba a las Matemáticas, la Astronomía, la Geometría y la Física, y gracias a ellas, a las repuestas sobre las grandes cuestiones religiosas, sociales y políticas de su tiempo.

Las nuevas interpretaciones historiográficas sobre Hipatia y la atención a las fuentes consideradas secundarias, en este caso la correspondencia de su discípulo Sinesio de Cirene, revelan una Hipatia desconocida o no tenida en cuenta en los textos tradicionales. Y es la faceta de maestra. Sus enseñanzas y actividades filosóficas atraen a un buen número de discípulos que conforman su círculo más cercano y a los que guía pacientemente en el camino de la búsqueda del conocimiento. Los alumnos más cercanos son personas que más adelante desempeñarán cargos importantes imperiales, civiles o eclesiásticos y gran parte de los miembros de la élite cultural, social y política de Alejandría son amigos de Hipatia y asisten a sus clases o conferencias públicas. La propia Hipatia ocupa una importante posición social, cultural y política en la ciudad, lo cual, como veremos más adelante, es una de las claves para comprender su violenta muerte. Dado su prestigio espiritual, su vida ascética, sus dotes políticas y popularidad como profesora promueve el respeto por la Filosofía y cuenta con la estima de todos, quienes la admiran por su prudencia y moderación. Su escuela está formada por estudiantes de diversos credos religiosos: paganos, cristianos y judíos conviven en sus clases y proceden de diversos sitios, de Siria, Cirene, Alejandría, de Constantinopla, la capital del Imperio, etc. Todo el que desea estudiar Filosofía acude a ella y ella respeta a los cristianos, se muestra indiferente a los ritos y cultos paganos y se mantiene neutral en las luchas y altercados de tipo religioso.

¿Qué Filosofía? Y ¿cuál es el papel de la Matemática y la Astronomía en ella?
Hipatia desvela a sus alumnos el sentido profundo de la investigación filosófica, se la considera como una “guía auténtica para los misterios de la Filosofía”. Y la filosofía de Hipatia es la de Platón, un platonismo tardío o neoplatonismo. La sabiduría se alcanza tras un viaje a través de los conocimientos y una vez que el espíritu se halla en un estado de revelación, de contemplación, de teoría. Se alcanza la experiencia de ver la verdadera realidad, la causa original de la realidad temporal, el origen y la explicación, por tanto del porqué de las cosas.

La vida de la persona que experimenta este evento, da un giro radical, alcanza la vida verdadera tan buscada por todos l@s filósof@s. A partir de ese momento esa persona se guiará siempre por la Razón, y la utilizará para alcanzar el éxtasis que eleva a otra dimensión la existencia personal, el logro de la Felicidad, la fusión con el Uno. El espíritu llega a contemplar la Belleza y la Bondad últimas (no las particulares y efímeras) y para alcanzar esta elevación del espíritu, de acuerdo con la filosofía platónica, han de desarrollarse las capacidades cognitivas a lo largo de la vida, una vida vivida de acuerdo con la razón, un gran esfuerzo de cultivo de los conocimientos pero también de perfección ética. Sólo desde esta perfección en el comportamiento puede aspirarse a la contemplación última de la Verdad. Ella misma se autoimpone tal perfección: se mantiene casta, virgen, lleva una vida ascética (lleva la capa de los filósofos sobre sus hombros) y en gran medida mística y su comportamiento es intachable.

Además de estudiar Ontología y Etica, Hipatia enseña Matemática y Astronomía. En realidad, las matemáticas son un instrumento muy importante en este camino de búsqueda de la sabiduría. Sus verdades dirigen a los estudiantes, les abre los ojos a la realidad ideal al entrenarles en las generalizaciones, demostraciones. La perfección geométrica es la vía de entrada a las verdades del orden real. Y de todas las ciencias matemáticas, la Astronomía es la que ocupa el lugar más alto. Ella dice, por boca de Sinesio: la astronomía es, por sí misma, una forma divina de conocimiento.

“De esta manera los ritos sagrados de la filosofía se harán accesibles a quienes buscan la sabiduría tradicional así como a quienes estudian los principios de las matemáticas, la geometría y la astronomía. Y la astronomía procede a sus demostraciones de manera clara y precisa, haciendo uso de la aritmética y de la geometría como auxiliares; se trata de disciplinas a las que se puede llamar propiamente una medida fija de la verdad”


Así pues, las matemáticas y la astronomía son simples escalones que llevan a un conocimiento superior, la filosofía del ser.

Sus trabajos científicos.

Los comentarios en la tradición clásica han de ser interpretados adecuadamente, no suponían una mera adición de comentarios críticos o aclaraciones al texto original sino que, por lo general, suponían una reescritura completa, así como una presentación alternativa de los problemas con el objetivo de simplificarlos para la docencia, pero a los que con frecuencia se añadían contribuciones originales propias, diferenciadas del original y muy apreciadas si la autoridad del comentarista era alta. En el caso de los comentarios de Hipatia además de mostrar su alta calidad científica, permitieron la continuidad del uso de unos textos que con toda probabilidad hubiesen desaparecido. De hecho,  muchas de las obras de la Antigüedad se conservan a través de los comentarios.
Comentario sobre la  Aritmetica de Diophanto. Este comentario que incorpora la copia del texto original, es la versión del trabajo de Diofanto más antigua y genuina que sobrevive. Ella desarrolló las llamadas ecuaciones diofánticas, expresiones algebraicas con múltiples soluciones enteras (ej. Las diferentes maneras en que se puede cambiar un euro empleando monedas de diferente valor). También las llamadas ecuaciones cuadráticas o ecuaciones de segundo grado.
Comentario sobre las Cónicas  de Apolonio. Las cónicas son las curvas que aparecen al cortar un cono con un plano (círculos, elipses, parábolas e hipérbolas). Su trabajo es la mejor descripción y tratamiento crítico de las mismas hasta el S. XVII, cuando vuelven a ser objeto de estudio a raíz de la utilización de las mismas por Kepler para definir adecuadamente la trayectoria de los planetas. E. Halley, el astrónomo, coleccionó todas las versiones antiguas e intentó reconstruir el manuscrito original y las aportaciones de Hipatia al mismo.

Comentario sobre la Sintaxis Mathematica de Ptolomeo. Editó el tercer libro del Comentario iniciado por su padre Teon. El  Canon Astronomico es parte del comentario a  la Sintaxis Mathematica de Ptolomeo.

El Comentario al Libro III de la Sintaxis Matemática de Ptolomeo.
Según la descripción de E. Waithe en su History of Women Philosophers, Hipatia comienza su trabajo con un capítulo de 36 pag. que contiene una recapitulación de los dos Libros precedentes y un análisis de la historia de la astronomía solar hasta sus días. Describe la teoría solar de Ptolomeo, la duración del año, los días, las estaciones, etc. Hay que recordar, para comprender las innovaciones de Hipatia que hasta la revolución copernicana se trabajaba con una visión geocéntrica del mundo: El sol y los planetas describen una órbita en torno a la Tierra, inmóvil y firmemente anclada en el centro del universo.

En sus comentarios acerca de la teoría del movimiento solar de Ptolomeo, clarifica y sitúa en contexto las aportaciones del astrónomo alejandrino del S.II.; pero sus comentarios son también críticos, allí donde Hipatia advierte errores o imprecisiones que necesitan de correcciones técnicas, pero también metodológicas o conceptuales. Por ejemplo, Hipatia plantea que muchos de los problemas de la teoría ptolemaica sobre el movimiento del sol y la localización precisa de los equinoccios se debieron a que sólo se tomaba en consideración el año tropical (el año tropical es el tiempo que tarda el Sol en volver al mismo equinoccio: menos de 365 ¼ días) y no el sideral: es el periodo de retorno de las mismas estrellas fijas y es más largo que el año tropical.  De hecho algunos historiadores comentan que Hipatia, en esta apreciación, estaría aludiendo al uso del año Sótico (el tiempo que tarda la estrella Sirius en volver a la misma localización celeste: 365 días, 6 horas, y varios minutos). Este sistema podría establecer cálculos de los equinoccios de forma más precisa, y calcular equinoccios remotos en el tiempo con mayor garantía que el esquema ptolemaico.

Respecto a los mecanismos matemáticos de Ptolomeo, como la excéntrica, el epiciclo y el deferente y el ecuante, concebidos como hipótesis geométricas que ‘salvaran las apariencias’ de irregularidad de los movimientos del Sol, la Luna y los planetas, cuestión que generó una gran discusión historiográfica, metodológica y epistemológica a lo largo de los siglos sobre cómo concebirlos: si como meras ficciones matemáticas que permiten calcular, aunque sometidos a ciertos principios físicos que funcionan como marco en el que desarrollar la investigación astronómica, o si a pesar de ser mecanismos matemáticos deben, en último término, ser consistentes con una descripción física, en términos realistas, de los movimientos celestes, la posición de Hypatia parece ser esta última.  Afirma en su comentario que era imposible que el Sol pasara por el mismo punto en el deferente y en la excéntrica según los diagramas de Ptolomeo. Los dos movimientos del Sol no estaban bien sincronizados, lo que debía ser resuelto.

Sus comentarios debieron ser estudiados cuidadosamente por Copérnico, diez siglos más tarde, cuando éste, ávido estudioso de la tradición astronómica, y conocedor de los comentarios a la obra de Ptolomeo, de los cuales, la obra de Teón e Hipatia es considerada la más antigua y de mayor calidad, propone su reforma de la astronomía. El único ejemplar del libro III de la Syntaxis de Ptolomeo con los comentarios críticos de Hipatia se encuentra en Florencia, en la Biblioteca de los Medici. Podemos suponer,  como afirma Waithe, que Copérnico leyera los comentarios de Hipatia al Tercer Libro y que prestara atención a las críticas metodológicas que ella elabora sobre algunos aspectos de Hiparco y Ptolomeo. En concreto sobre la imposible sincronización de los movimientos del Sol en el esquema ptolemaico, lo cual pudo influir sobre la decisión copernicana de cambiar las funciones de la Tierra y el Sol en su modelo heliocéntrico.

Los instrumentos de observación astronómica: el astrolabio y el Canon astronómico.
Una aportación complementaria, con la que Hipatia perfeccionó la contribución de los antiguos astrónomos fueron las tablas astronómicas. La cuidada elaboración de las tablas astronómicas de Hipatia, la inclusión de un nuevo cálculo de los valores matemáticos de los eventos celestes descritos por los astrónomos antiguos, tuvo como objetivo revisar la adecuación de los datos de observación al esquema ptolemaico con la ayuda de nuevos instrumentos científicos como el astrolabio.

Establecer mediciones de los cielos de forma correcta, pero también localizaciones geográficas remotas puso a prueba el genio matemático de los alejandrinos. La geometría plana de Euclides fue superada por la esférica de Hiparco, la cual estableció tablas numéricas que permitieron hacer mediciones rectas a lo largo de líneas circulares (las tablas de cuerdas precursoras de las trigonométricas que permiten trazar senos y cosenos de ángulos). El astrolabio, un instrumento inventado por Hiparco según algunas fuentes aunque no hay acuerdo sobre ello, permite medir las posiciones de las estrellas en el cielo. Tal posición, depende, además, de las coordenadas geográficas del lugar desde el que se hace la observación. Y, de forma inversa, el conocimiento del lugar permite saber la hora. El astrolabio es literalmente un modelo del universo, todos los conocimientos de la época sobre el cielo y la tierra están situados en un pequeño disco de metal, en el que están grabados todos los símbolos y cifras necesarios para realizar los cálculos precisos.

Hipatia construyó astrolabios y era experta en su manejo como se afirma en la Carta de Sinesio a Paeonius. En ella Sinesio relata cómo él mismo construye astrolabios a partir de las enseñanzas de su sabia maestra. Este texto es considerado un documento importante en la historia de la astronomía.


Claves de su muerte e interpretaciones.
Existen al menos tres interpretaciones conocidas: Dasmacio, Isidoro, Obispo de Nikiu y Sócrates Escolástico, y una selección de estos textos se encuentran en antiguas entradas del blog. En nuestro país, el director Alejandro Amenábar refleja bien el contexto histórico y las claves de su muerte en su  película Agora.

El patriarca Teófilo, a quien sucede Cirilo, lleva a cabo una campaña en la ciudad en contra del paganismo, eliminando los cultos religiosos aún existentes. En el 391-392 ataca el Serapeo, centro de culto pagano en Alejandría. Muchos paganos se atrincheran en el templo y hacen incursiones contra los cristianos, lo que provoca un edicto del emperador por el que se ordena a los paganos a abandonar el templo y se entrega el Serapeo a la Iglesia. Algunos filósofos neoplatónicos, afines a las religiones antiguas se unen a la causa en defensa de los paganos y finalmente, ante la derrota, abandonan Alejandría.
Sin embargo, en este tiempo la actividad filosófica de Hipatia no se ve afectada, evitando los escenarios de las batallas entre cristianos y paganos. Hipatia no comparte el politeísmo griego, ni los cultos tradicionales locales y tampoco apoya su platonismo con prácticas relacionadas con rituales, adivinación o magia, no participa en definitiva de las prácticas paganas de culto. Tampoco se siente obligada, en los círculos en que se mueve, a ocultar su religiosidad no cristiana, ella disfruta gracias a su autoridad moral de independencia intelectual y de tolerancia de las autoridades eclesiásticas. E incluso argumenta que su sentido de la religiosidad no está muy alejado de los principios del cristianismo.

Pero estas circunstancias comienzan a cambiar con la elección de Cirilo, lo cual provoca malestar y división entre los propios cristianos. Además, la acción política de Cirilo va encaminada a ampliar el poder eclesial, promoviendo la idea de la pureza de la fe, se vuelve contra los judíos y contra todos aquellos que sostienen creencias heterodoxas. Este abuso de poder por parte de la autoridad eclesiástica provoca el malestar de la autoridad civil, el representante del poder imperial, Orestes. Este encuentra respaldo entre las personas notables de la ciudad, entre ellas Hipatia, y muchos comienzan a lanzar el rumor de que ella y sus ideas son el impedimento de la reconciliación entre Cirilo y Orestes, ambos cristianos.

Efectivamente, en política, Hipatia defiende el gobierno civil secular y el diálogo en política y cree que la autoridad del obispo Cirilo no debe extenderse a sectores que corresponden a la administración civil. Esta implicación de Hipatia en los asuntos políticos como amiga personal de Orestes es el origen de los celos o envidia de Cirilo quien teme su influencia tanto en Alejandría como fuera de ella. Al tiempo, Cirilo ansía el reconocimiento de los nobles y los ciudadanos del que Hipatia disfruta. Pero Cirilo sabe que las clases más bajas y los paganos a quienes ella no apoyó en el episodio del Separeo pueden ser utilizados a su favor. Sus acólitos comienzan a poner en práctica su estrategia: la presentan como bruja y le achacan el peor tipo de brujería, la magia negra, que está penada con los castigos más severos en el sistema legal del imperio cristiano. Los rumores sobre la práctica de la magia negra provocan un miedo profundo entre los más ignorantes que, en consecuencia, atemorizados están dispuestos a actuar de forma violenta y despiadada contra los brujos. La célebre filósofa se convierte en una “abominable mensajera del infierno consagrada en todo momento a la magia, los astrolabios y los instrumentos musicales”. Por medio de esa manipulación se presenta a Hipatia como bruja peligrosa que formula hechizos satánicos contra los alejandrinos y su primera víctima es Orestes el gobernador de la ciudad quien, como consecuencia de sus encantamientos, se aleja de la verdadera religión cristiana. De entre los convencidos surge un grupo que decide matar a Hipatia y ejecutan el crimen un día de marzo del año 415.

Es el asesinato de una bruja cometido por cristianos que aplican con celo sus creencias y defensa de la religión de Cristo, pero lo cierto es que es un asesinato político. El conflicto entre Orestes y Cirilo finaliza al eliminar la persona que representa la oposición a éste. Como consecuencia, Orestes probablemente abandona la ciudad consciente ya de su extrema debilidad, y Cirilo logra la posición deseada en Alejandría. Si bien finalmente Constantinopla acaba recortando su poder sobre la ciudad de Alejandría.

Su asesinato no es único, Alejandría es un polvorín y la ciudadanía se ve mezclada en continuos disturbios (se subraya el carácter especialmente violento de los alejandrinos en una ciudad en la que conviven paganos, judíos, cristianos, arrianos…). En los años anteriores y siguientes otros obispos sufren la misma muerte que Hipatia. Los cuerpos son arrastrados por la ciudad, mutilados y exhibidos atravesando la Vía Canópica, a continuación los restos son quemados y las cenizas esparcidas. Con ello se evitaba la conservación de unas reliquias que hubiesen supuesto su conversión en mártires y un lugar que venerar por parte de fieles. Además, en una región como la egipcia donde la preservación de los cuerpos había alcanzado un nivel de complejidad y perfección técnica, la incineración era un acto denigrante. Hipatia fue protagonista de un ritual idéntico.

Textos de referencia:
M. Dzielska (1995), Hipatia de Alejandría, Siruela, 2004
M. E. Waithe, History of Women Philosophers, vol 1. Kluwer A.P., 1987
A. González, Hipatia, Ediciones del Orto, 2002