05 mayo 2009

Mujer y Ciencia

Las mujeres siempre han estado relacionadas con la práctica de la medicina. Supieron observar desde la antigüedad los ciclos de la naturaleza, aprendieron a identificar las propiedades medicinales de las plantas y se han ocupado a lo largo de la Historia del cuidado de los otros. Fueron siempre las que cuidaron a otras mujeres en el embarazo y el parto, escribieron tratados de ginecología como es el caso de Trótula y las Damas de Salerno, llegaron a practicar la cirugía en la Italia renacentista y trasmitieron oralmente sus conocimientos. Fueron torturadas y quemadas en las hogueras acusadas de brujería por sus conocimientos y por administrar a los demás sustancias que ellas mismas preparaban (claro que quien tenía el poder de sanar podía también envenenar, causar la impotencia en los hombres…). Este fue un verdadero desalojo de las mujeres de la profesión médica en una época en la que no podían asistir a las universidades y por tanto no podían disponer de un título, título que comienza a exigirse para practicar la medicina en la época moderna.
Hoy las mujeres son el 85% en las aulas de las Facultades de Medicina, y aunque en algún informe reciente algún equipo decanal ha considerado que habría que revisar los criterios de acceso ya que la falta de paridad es evidente, lo cierto es que esos criterios son los mismos en todas las titulaciones y universidades españolas. Son sus méritos y capacidades las que les permiten acceder a una titulación en la que las plazas son pocas y sólo los mejores acceden. En muy pocas décadas las mujeres han avanzado de una manera imparable, pero las catedráticas siguen siendo muy pocas: un 19% en la Universidad de La Laguna (composición de la plantilla a Diciembre de 2008), y las titulares un 37%. El techo de cristal sigue estando ahí, y hay que seguir luchando por hacerlo añicos, pero no es menos cierto que hay algunos datos que permiten un cierto optimismo ya que en los tres últimos cursos en nuestra universidad las mujeres han leído más tesis doctorales y el profesorado más joven con contratos laborales está compuesto por un 57% de mujeres. ¡¡Felicidades!!